viernes, 8 de agosto de 2008

Un tambor mágico sonó en el Recreo


El paseo por el sur de Quito para un norteño es sin duda como ver a un gringo en la Amazonas, aunque perdido por un rato, el encuentro con actividades culturales en el Recreo nos permitió ver una mejor predisposición y organización de este sector para eventos de cultura popular como el teatro callejero.



Con el propósito de encontrar la tradicional cobertura de una obra de teatro, el miércoles 6 de agosto me trasladé para el otro lado de la ciudad, al Centro Comercial El Recreo y perdido en la inmensidad de los locales intentaba buscar un espacio fijo, determinado por lo convencional, pero la pregunta se repetía cada vez con más frecuencia, tomando en cuenta que la hora se aproximaba. ¿Y el escenario?, ¿las sillas?, ¿por dónde están los espacios para que los artistas se cambien?, aún más…¿dónde están ellos?

Mientras la preocupación por no dar con el espectáculo crecía, algo llamó nuestra atención justo al bajar las gradas para ir al otro nivel. Varios instrumentos colocados en fila y detrás de ellos tres maletas de ropa y unos pequeños roperos portátiles llenos de vestuarios. Rodeando todos los elementos salieron de no se donde 5 personas que empezaron a tocar la marimba y las percusiones, poco a poco la gente se agolpó en las gradas. Un momento para el calentamiento mientras más curiosos se acercaban y enseguida, la presentación de la obra, sí, sí, es aquí, ¡uff que bueno!


Mejor espacio alternativo no podía haber, la gente mientras estaba en sus compras se detenía y lo mejor de todo interactuaba con los personajes. Por cierto, la obra, muy a la ecuatoriana, era “Domitilo, el Rey de la Rumba”, de Críspulo Torres, fundador del Teatro Tecal de Colombia. Cuenta la historia de un hombre que sumergido por sus problemas económicos sueña una noche que inventa un ''extraño instrumento musical'', el primer tambor que se escuche en la tierra. Pero para tocarlo, deberá pedir permiso al alcalde del pueblo y al obispo, y será capaz de subir hasta el mismo cielo y pedir a Dios su bendición con tal de hacer oír a la gente el sonido de su tambor.

La obra fue puesta en escena por la Compañía de Teatro Molinos de Viento, según nos comentó, Carlos Quito quien recalca que habrá más opciones para mirarla en las próximas semanas.


Bravo por el Centro Comercial El Recreo que tomó esta iniciativa para sus clientes, bien por organizaciones como Quijotadas que están trabajando con ellos y bien por quienes pudimos disfrutar de la presentación, interrumpiendo un poquito otras actividades. La próxima semana la Corporación Quijotadas tiene previsto para los niños el arte de hacer cometas, en el mismo espacio donde se presentó la obra, el miércoles 13 de agosto a las 16h00, ¡sigan adelante!




Reportero: Juan Carlos Albuja

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