miércoles, 25 de febrero de 2009

El Páramo, una vida profunda

Un feriado carnavalero con opciones muy distintas. Así lo vivió gran parte de la población de la sierra centro y norte del Ecuador. Nosotros nos adentramos en un lugar poco conocido: EL PÁRAMO DEL COTOPAXI.



La entrada no la realizamos por los tradicionales Boliche y Panamericana Norte, sino por la zona del Sincholagua, pasando por Sangolquí. A hora y treinta de Quito, hacia el Oriente, en la vía que lleva a uno de los accesos del Parque Nacional Cotopaxi, se encuentra el sector de Rumipamba, zona de grandes haciendas, planicies cubiertas de verde, de naturaleza viva, de riachuelos, vertientes y con suerte, hasta se pueden ver aves singulares, venados y conejos. 

Una vez que se pasa el Club Los Chillos, se adentra por una vía empedrada, que en la mayor parte de su trayecto presenta un buen estado, prácticamente cualquier vehículo podría ingresar. Rótulos pequeños invitan a conocer esta ruta de volcanes, donde la naturaleza es la fiel compañera. Aquí se puede acampar, realizar PIC NIC y todo en total tranquilidad. Este lugar, tan cercano a la capital, es poco concurrido. En el trayecto se encuentran 3 hosterías que tienen un mínimo flujo de visitantes. ¿Por qué pasa esto si el espectáculo natural es impresionante?

En el pasado feriado de Carnaval, la afluencia de turistas se trasladó a las tradicionales Guaranda, Ambato y Baños y quienes no salieron, prefirieron balnearios cercanos, parques y el deporte. Es que la dificultad con las vías que conectan a las playas, por los constantes derrumbes, cambió los planes de miles de personas. Sin embargo, esta zona de Rumipamba vivió tranquila el feriado, porque son poquísimos los que se aventuran por allí.

Y tal vez tenga sus beneficios que esto sea así. Al tener poco contacto con la mano humana, los paisajes se mantienen inalterables, sin basura ni destrucción. Gozar de los riachuelos, de pequeños bosques, de vertientes y cascadas, donde se puede uno bañar, para templar los nervios en el frío que siempre acompaña. Si uno esta de suerte, puede apreciar de lleno el Cotopaxi, el Sincholagua, los Illinizas, el Rumiñahui y hasta el Antisana. Todo un placer para la vista. Pero con las nubes fueron nuestras compañeras constantes, tenemos fotos del paisaje de páramo que pueden ver en nuestra galería

Con el cuidado del caso, nos permitimos invitar a todos a conocer esta zona, deleitarse con la filosofía de la montaña, caminatas extraordinarias, de un Ecuador que tiene múltiples opciones adicionales a las tradicionales.