lunes, 6 de octubre de 2008

Las rieles mueven al cine

El colectivo Tranvía Cero, organización encargada de las funciones masivas del 6to. Festival de Cine de Quito, Cero Latitud, dispuso la pantalla gigante, el proyector y amplificación en un escenario que se volvió mágico. Intentaré describir con detalle el ambiente. 



La Maldonado se parece más a un chaquiñán que la avenida de ingreso a la capital. La construcción de la vía exclusiva para el trole convierte al trayecto al sur un reto para conductores, que con la noche y la lluvia, desafían huecos y gradas. Sin embargo, "Qué tan lejos" nos esperaba en un lugar de Guajaló, en la ciudadela Nueva Esperanza, allá donde el cine llega, al parecer, por las líneas del tren.

Buses y autos circulan, en ida y regreso por una calle doble sentido. A un costado, junto a montes de piedras pequeñas, las líneas férreas conducen con la mirada hasta el paso a desnivel de la Morán Valverde. Estamos paralelos a la Av. Maldonado, a una cuadra, donde el tren fantasma amenaza, al igual que la lluvia, con suspender la función de "Qué tan lejos", la película de Tania Hermida. Los moradores de Guajaló, ataviados de ponchos, chales y chompas, salen con sus familias, con sus hijos. Las 2oo sillas previstas quedan cortas. La gente incluso se engancha desde los portales de sus casas y desde las ventanas, con las historias de Esperanza, Tristeza y Jesús, y ríen con cada mala palabra que sale de boca de los protagonistas, o cuando les recomiendan "cuidarase de los cuencanos". 

Llegó el momento en que todos veían como las líneas del tren se reproducían en la pantalla, cuando Jesús, Tristeza y Esperanza caminan por Alausí. Esa magia se conjuró para crear un espacio fenomenal, donde el cine se impuso a todo, incluso a la tenue musiquilla proveniente de un night club vecino a la carpa donde se instaló la proyección. 

La llovizna hacia el final de la peli no quiso quedarse por fuera. Pero la historia atrapó a los espectadores de Guajaló, que siguieron el desenlace casi sin  parpadear. Las líneas del tren fueron mudos testigos de un nuevo evento que cambio la vida, al menos durante dos horas, de un barrio, de una ciudadela, de una calle. Algo distinto pasó allí, y más de uno ya pidió que vuelva a pasar. 

Fue un espectáculo reconfortante, un acierto de Cero Latitud y del Colectivo Tranvía Cero haber llevado el cine a esta zona lejana del Quito comercial y romántico. Quedan tres barrios más por visitar, el viernes 10 de octubre, en Santa Clara, el sábado 18 en San Juan y el domingo 19 en la plaza del Cementerio de San Diego. Todas las funciones desde las 19:00. Prometidos otros espectáculos con ambientes mágicos. !Qué viva el cine para la gente!, y que tome las rieles del tren, para seguir su marcha por el país.  

Por: Santiago Estrella Silva

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